En una entrevista exclusiva con Charisma News, el ex embajador de Estados Unidos en Israel, David Friedman, brindó una visión única de su mandato en el Departamento de Estado.
El ex-embajador comenzó relatando el compromiso de progreso que dio el entonces presidente Donald Trump al asumir el cargo.
Al expresar su deseo de romper con las políticas pasadas, el embajador enfatizó una creencia fundamental en la conexión bíblica entre Israel y sus territorios.«La política estadounidense hacia Israel fue fundamentalmente errónea. No reconoció la divinidad de este territorio», afirma inequívocamente Friedman.
En Génesis 17:8, el pacto de Dios con Abraham solidifica el vínculo duradero entre el pueblo judío y la tierra de Canaán. Este versículo significa la promesa eterna hecha por Dios a Abraham y sus descendientes, afirmando su propiedad de la tierra como posesión eterna. Para el pueblo judío, este versículo establece una conexión divina con la tierra que trasciende generaciones. Es un testimonio de la fidelidad de la palabra de Dios y una fuente de fortaleza e identidad, que simboliza su relación única con la Tierra Prometida.
Una de las medidas fundamentales discutidas fue la re-ubicación de la embajada de Estados Unidos en Jerusalén. El embajador dio crédito al apoyo del presidente por permitir la ejecución exitosa del traslado de la embajada, una decisión que se alineaba con el significado bíblico. «Jerusalén, ya sabes, en el idioma hebreo significa ‘ciudad de paz’», explicó el ex embajador, señalando a Isaías 2 como un testimonio del papel divino de la ciudad para facilitar la armonía global.
Al abordar las preocupaciones sobre la reacción internacional, el ex embajador enfatizó la importancia de tomar decisiones que se alineen con el pacto bíblico. Refiriéndose a la doctrina Pompeo, una política desarrollada en colaboración con el secretario Mike Pompeo, el ex embajador subrayó la afirmación de que el pueblo judío tiene derecho a su patria bíblica. Esta doctrina, que enfatiza las conexiones bíblicas con Judea y Samaria, se ha convertido en una piedra angular de la política.
Deuteronomio 1:8 es una declaración fundamental que subraya el cumplimiento de la promesa de Dios a los patriarcas. Al presentar la tierra ante los israelitas e instarlos a poseerla, este versículo resume la culminación de siglos de anticipación. Para el pueblo judío, este versículo tiene el peso del cumplimiento histórico, simbolizando la realización de sus sueños ancestrales. La tierra se convierte en algo más que un territorio físico; es una encarnación tangible de la providencia de Dios, una herencia sagrada y un testimonio de su viaje espiritual.
Basándose en la historia, el ex embajador recordó a los oyentes las narrativas bíblicas asociadas con varios lugares sagrados. Al expresar su preocupación por la preservación de estos sitios bajo diferentes controles, el ex embajador destacó el papel fundamental de la soberanía de Israel.
«Creo que la mayoría de la gente en Israel reconoce la importancia de este territorio… Mi opinión es que Israel necesita hacer lo mejor para Israel. Israel necesita respetar la extraordinaria posición que ocupa dentro del mundo, sentirse orgulloso de la cara que Israel es la tierra del pacto bíblico», dice Friedman.
El ex embajador instó a Israel a defender con orgullo sus vínculos bíblicos y mantenerse firme en la afirmación de sus derechos. «No podemos renunciar a nuestra soberanía, nos la dio Dios», proclamó Friedman, destacando la importancia de abrazar la identidad del país e invitando al mundo a compartir su herencia cultural y espiritual.