El telescopio espacial Hubble de la NASA ha detectado en el agujero negro supermasivo de la Vía Láctea los vestigios de un “chorro fantasma” parecido a un soplete: la fuga se remonta a varios miles de años e indicaría que la gigantesca estructura se encuentra dinámica y activa.
Astrónomos de la NASA han descubierto, mediante observaciones en múltiples longitudes de onda con el telescopio espacial Hubble y otros instrumentos, que el agujero negro supermasivo ubicado en el centro de la Vía Láctea presenta una fuga: las emanaciones serían producto de parte del material sobrecalentado que expulsa ocasionalmente la enorme estructura, debido a la acumulación de estrellas o nubes de gas. El fenómeno indicaría que el agujero negro todavía está activo, pero en una escala menor de producción de energía que los estallidos conocidos anteriormente.
Según una nota de prensa, el chorro de material habría sido expulsado del agujero negro hace aproximadamente 2.000 años: la fuga fue identificada a partir de los datos infrarrojos del telescopio Hubble, pero la información se enriqueció con los telescopios Chandra, Alma y VLA, que aportaron datos de rayos X y radio. El nuevo estudio, liderado por el científico Gerald Cecil de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, fue publicado recientemente en The Astrophysical Journal.